Los cambios respecto al modelo actual se centrarán, como suele ser habitual, tanto en el diseño como en la mecánica del mismo. En el exterior, podremos encontrar líneas musculosas y agresivas, así como un escape y difusor de mayor tamaño. La altura respecto al suelo también se verá reducida mientras que las llantas de aleación ligera serán de nuevo diseño.

A nivel mecánico, el BMW i8S sustituirá el motor gasolina de tres cilindros y 245 CV por un bloque de 2.0 Litros de cubicaje y cuatro cilindros capaz de generar un máximo de 320 CV de potencia, cifra a la que deberemos sumar el apoyo eléctrico, el cual se espera que se mayor. La tracción será en las cuatro ruedas, pero dependiendo del modo de conducción seleccionado, podrá moverse con el eje delantero o el trasero de manera independiente.
Las prestaciones esperan convertirlo en el modelo más rápido de la compañía. Será capaz de alcanzar los 100 Km/h desde parado en 3,5 segundos mientras que la velocidad máxima superará con creces los 300 Km/h. Por el momento se desconoce si BMW limitará electrónicamente a 250 Km/h la punta del vehículo.
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