Senna era la estrella del momento y uno de los más grandes pilotos que jamás ha existido. El piloto brasileño perdió la vida en el Gran Premio más negro celebrado nunca antes. El día anterior, el 30 de Abril de 1994, el circuito se cobró también la fatídica muerte de Roland Ratzenberger así como numerosos accidentes graves, entre ellos el de uno de los compatriotas de brasileño, Rubens Barrichello.
Fue el final de "Magic" pero el comienzo de toda una leyenda del motor. La muerte de Ayrton fué el epílogo a un fin de semana fatídico. Todo aquello que rodeó a aquel GP de San Marino parecía escrito por la Muerte o ser un guión de la película `Destino Final´.

De sonrisa permanente y rebelde por naturaleza, Ayrton Senna se fue demasiado pronto. A los 34 años y con tres mundiales en el bolsillo, el piloto de Sao Paulo peleaba por domar su recién estrenado Williams cuando colisionó con el muro en la primera vuelta real del Gran Premio de San Marino en el que un día antes también perdió la vida el austriaco Roland Ratzemberg.
Su muerte fue un impacto total a nivel internacional, la Fórmula perdió el 1. A día de hoy las consecuencias del accidente mortal de Senna siguen sin estar del todo claras. ¿Error humano o mecánico? Probablemente nunca se sabrá a ciencia cierta qué fue lo que provocó que el brasileño se convirtiera en mito antes de tiempo.

En Brasil, donde era un ídolo de masas, se lloró sin parar. Muestra de ello fue su entierro, con honores de Jefe de Estado. Su muerte permitió que el Gran Circo tomara nota de que cosas así no podía volver a ocurrir. La seguridad en la Fórmula 1 cambió por completo y gracias a ello y hasta la fecha no se han vuelto a producir la muerte de ningún piloto. Senna fue el último. Ahora los protege a todos desde el cielo.
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